sábado, 19 de mayo de 2012

Pagan a los agricultores un céntimo el kilo de naranjas. ¿Es justo un 19.900% de beneficio para el supermercado?

“Si hubiera tenido que ir muy lejos a cobrar me hubiera merecido la pena tirar el género”. Así de rotundo se muestra Agustín Pereperez, natural de Alzira y delegado de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) en Corbera después de cobrar 150 euros por 13.000 kilos de mandarina clemenules,o lo que es lo mismo 1 céntimo el kilo.

Con estas retribuciones los agricultores tienen que poner dinero de su bolsillo porque “para cultivar una hanegada (800 metros cuadrados), que te proporciona alrededor de 3000 kilos de naranjas, se necesitan entre 200 y 300 euros”. Su caso no es el único, Cristóbal Aguado, presidente de AVA-ASAJA, ha denunciado que “las liquidaciones que están llegando estos días a los agricultores por sus cosechas son una vergüenza y un insulto a su trabajo de todo un año”. En otras palabras, que los citricultores valencianos están cobrando esta campaña menos de la tercera parte del coste de producción.

Patxi Esparza es otro de los agricultores afectados por el desplome de los precios. Este vecino de Alberic cobró 2.570 euros por los 58.400 kilos (4 céntimos el kilo) que vendió a la Cooperativa Motilla. “Tenía un acuerdo con ellos y podía haber tenido que pagar porque se quedaran con mi producto, perfectamente. No puedo reclamar nada, pero después de esta experienciano volveré a comercializar la fruta, es preferible echarla a perder”, apostilla Esparza.

De esas naranjas viven todos: los que podan los naranjos, los jornaleros que hacen la recogida, transportistas, el personal de las cooperativas y los grandes almacenes, donde se está cobrando dos euros por el kilo de naranjas. Y todos cobran más de mil euros. Todos menos nosotros”, denuncia el delegado de AVA Corbera.

Alternativas de futuro

“Yo vivo de esto. Hace diez años cobraba 30 céntimos el kilo y ahora sólo cuatro, ¿qué se supone que tengo que hacer?”, se pregunta Esparza. Él mismo expone a El Confidencial las alternativas posibles: comercializar por tu cuenta; dedicarse a otro cultivo, pero implica una inversión muy fuerte y renunciar a dos o tres años de cosecha; o convertirse en agente comercializador para exportar la fruta.

“Son opciones que para la mayoría de los agricultores no son viables, por lo que tendré que aguantarme”, se resigna este agricultor, que este año ha perdido casi quince céntimos por kilo. Esta situación es la que ha provocado que AVA haya organizado una Marcha Verde, de ocho etapas y en la que participan cientos de agricultores y decenas de tractores. La etapa de este sábado partirá de la localidad de Picassent y llegará hasta la de Silla.

Europa condena a la agricultura española

“No queremos subvenciones, sólo poder competir en igualdad de condiciones”, afirma el delegado de AVA Corbera. Sus declaraciones hacen referencia al acuerdo de liberalización comercial entre Marruecos y la UE, aprobado el pasado 16 de febrero por la Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo.

El sector agrario español coincide en señalar la actual preferencia de Europa por la importación sobre la producción. Una preferencia que penaliza doblemente a España puesto que, como denuncian los agricultores, a los países en vía de desarrollo “no se les exigen las mismas condiciones de seguridad alimentaria que a cualquier país de la UE”. Europa ha dado un giro y parece que España puede dejar de ser la huerta del viejo continente.

“Los jóvenes prefieren quedarse en el paro que ser agricultores”

El campo tampoco ofrece las condiciones laborales adecuadas como para que la gente quiera mantenerse en el sector. En esta línea opina Pedro Marcos Parra, secretario general de FITAG Andalucía, que apunta que en esta comunidad, hasta el paso del Régimen Especial Agrario de la Seguridad Social al Régimen General, un trabajador del campo cobraba en su jubilación un 50% menos que los trabajadores del resto de sectores.

Medidas como esta son aplaudidas dentro del sector puesto que de no garantizarse el relevo generacional la consecuencia sería la deslocalización. Pero lo cierto es que “los jóvenes prefieren estar en el paro antes que ser agricultores. Yo no le puedo pedir a mi hijo que continúe mi estela, no sería justo”, apunta Pereperez. Un hombre “dedicado a la agricultura toda la vida” y que ante el actual escenario se siente “ofendido, discriminado y humillado”.

2 comentarios:

juvenal dijo...

¿De dónde está sacado el dato del beneficio del 200%?

Follow my world dijo...

un 200% de aumento serían 3 céntimos. El aumento de 1 céntimo a 200 (dos euros) es un 19.900%.
no tiene ningún sentido dar tantos por cientos, el transporte, procesado y venta tiene un precio que se suma y es independiente de lo que al intermediario le cueste comprar el producto. Eso no te da ninguna idea de las ganancias del intermediario.

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