martes, 8 de mayo de 2012

Interior blindará la Puerta del Sol con un millar de antidisturbios este fin de semana

Refuerzos policiales, anuncios de rebeldía de los manifestantes, protestas de los comerciantes… El mecanismo se ha activado. La decisión de la Delegación de Gobierno en Madrid de autorizar una serie de protestas en la Puerta del Sol entre el 12 y el 15 de este mes, fechas en las que el 15-M quiere celebrar su aniversario en la plaza, han acelerado la preparación de todas las partes de cara a la semana de la indignación. Entre 1.500 y 2.000 agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP), más conocidos como antidisturbios, se desplegarán este fin de semana, en el que se celebra el primer aniversario del Movimiento 15-M, en el centro de Madrid, una ciudad que habitualmente dispone de 600 efectivos de este tipo. Su objetivo es impedir que se repita la acampada de Sol y que se cumpla el plan de protestas diseñado por la Delegación del Gobierno. ¿Respetarán los indignados la autorización o irán más allá de las limitaciones impuestas en horario y espacio, piensan incluso en acampar? Parece que no, pero, como siempre ocurre con este movimiento asambleario y sin carné, depende de a quién se le pregunte.

En la cuenta de Twitter @acampadasol los indignados madrileños ya han respondido que no aceptarán las limitaciones que impone a sus protestas la Delegación, quien ha determinado que, en lugar de las 96 horas de concentración ininterrumpidas anunciadas por el colectivo, autorizará en Sol una protesta de cinco horas el sábado y tres de diez horas el domingo, el lunes y el martes. El convocante de esta protesta es un ciudadano particular que, en su solicitud, no se identifica como miembro del 15-M. Portavoces del colectivo tampoco han querido confirmar que estén relacionados con la convocatoria, pero ya se asume de forma informal que el 15-M inundará Sol el sábado.

Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno, explicaba ayer a este diarioque el objetivo de limitar la duración de las protestas no es “favorecer una confrontación”. “Las personas que quieran concentrarse en Sol tienen todo el derecho. La labor de la Delegación es administrar que ellos puedan ejercerlo sin obstaculizar los de los demás ciudadanos ni violar la ley”. Cifuentes asegura ser consciente de que un choque entre policía y manifestantes puede tener efectos desastrosos e insiste en que su objetivo es tender una mano al 15-M (“no queremos que esto siga siendo un monólogo: llevamos meses intentando sin éxito que se presente un interlocutor con el que conversar”) pero que, si los manifestantes violan las limitaciones impuestas, “a la policía no le va a temblar el pulso”.

El operativo policial es, por ejemplo, superior al de la visita de Papa Benedicto XVI en agosto. En los últimos años solo se recuerda una movilización policial mayor: la boda de los Príncipes de Asturias. La huelga general del 29-M congregó por ejemplo a un millar de agentes, pero dispersos por la ciudad desdeMercamadrid y a las cocheras de la ETM.

De acampar, nada

La misma agencia precisa que, a falta de la reunión que el Ministerio del Interior y las autoridades de la Comunidad de Madrid mantendrán para precisar los detalles del operativo, la orden dada a sus responsables policiales es cumplir "escrupulosamente" lo autorizado ayer por la tarde por la Delegación del Gobierno, que permitirá concentraciones en Sol los días 12, 13, 14 y 15 de mayo con limitación horaria y de espacio. Según las instrucciones, los agentes no deben permitir en ningún caso que los manifestantes acampen —el 15-M ha llamado a celebrar una "asamblea permanente" en Sol entre el 12 y el 15 de mayo—. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, advirtió ayer por segunda vez a los indignados que las acampadas son "actos ilegales" que "no van a ser permitidos", si bien subrayó que se respetará el derecho de reunión "en el marco de la ley".

La petición de autorización proviene, en todo caso, de un ciudadano solicitó a título particular permiso para una reunión pacífica de su "grupo de amigos" desde "las 00.00 horas del 12 de mayo a las 23.59 del 15 de mayo". La Delegación accede, pero con importantes limitaciones: no serán 96 horas consecutivas de manifestación sino 35 divididas en cuatro días. Concretamente, cinco horas este sábado y 10 horas consecutivas del 13 al 15 de mayo, informa Jerónimo Andreu.

La iniciativa no parece haber partido del 15-M. El responsable de la convocatoria, con el que este diario ha intentado sin éxito ponerse en contacto, es un residente en Madrid que en sus perfiles en redes sociales se identifica como simpatizante del 15-M. Portavoces del colectivo no han confirmado que exista alguna relación entre esta persona y los indignados y tampoco han querido declarar si el movimiento está vinculado al acto que Delegación autoriza.

Al respecto, la vertiente madrileña del movimiento ha señalado esta mañana en su cuenta de Twitter@acampadasol que no piensan respetar el plan diseñado por la institución que dirige Cristina Cifuentes. A la pregunta de una usuaria de si piensan modificar el horario de la manifestación del 12-M "para respetar autorización", la respuesta ha sido: "No. Esa autorización no se tramitó desde el grupo de coordinación, que sigue con sus planes".

El sábado, el movimiento ha convocado distintas marchas desde pueblos y barrios que partirán a las siete de la tarde de cuatro puntos de encuentro hacia Sol, informa María Hervás. Aunque la programación no está cerrada, los indignados han propuesto que se guarde un minuto de silencio en torno a las doce de la noche en Sol. Después tienen previsto levantar pañuelos blancos para pedir que “cese la violencia económica y las guerras”, según tomalaplaza.net. A partir de ese momento y hasta el día 15, empezará lo que califican de “asamblea permanente” en la plaza.

Quique Castelló, portavoz de Democracia Real Ya, ha valorado el gesto de Cifuentes porque considera que se pasa de la prohibición total a la apertura. En declaraciones a la SER, ha considerado no obstante que acabar el sábado a las diez como pretende la Delegación es "irresoluble, irrealizable" por la "naturaleza de la gente". "Los actos terminarán a las doce de la noche con un grito silencioso", recuerda, para subrayar que "no hay ninguna acampada convocada". "No ha sido consensuada. Es algo que se mueve por las redes sociales y es a nivel individual", ha indicado.

"Engañados y desprotegidos"

La decisión de Cifuentes no ha gustado nada a los comerciantes, que se sienten "engañados y desprotegidos". Su patronal, la Confederación de Comercio Especializado de la Comunidad de Madrid (COCEM), ha manifestado su rotunda oposición a unas protestas en horario comercial. Su presidente, Hilario Alfaro, explica que, aunque Cifuentes no ha respondido a sus peticiones de reunión, "a través de los medios anunció que nunca toleraría situaciones como las que permitió la anterior delegada del Gobierno".

"Con esta permisividad para volver a montar un circo en pleno centro de la ciudad, que además coarta la libertad de ejercer el derecho a trabajar de muchos comerciantes, desde la Delegación Gobierno contribuirán a dañar la imagen de la ciudad y del país en uno momento en el que el turismo es un pilar básico para la recuperación económica", declara Alfaro en un comunicado, que pide que las zonas turísticas tengan una protección legal especial para evitar situaciones como esta.

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