El Gobierno de Mariano Rajoy está decidido a cumplir estrictamente y sin demoras las exigencias de Bruselas para conseguir el apoyo inequívoco de la Unión Europea a las medidas de reforma emprendidas y para intentar apaciguar a los mercados. Así está el IVA en el resto de Europa: la media, en el 20,9%.
Así, el lunes, el ministro Luis de Guindos, accedía a los deseos de Merkel y de la Comisión Europea para que sea el Banco Central Europeo (BCE) quien audite a los bancos españoles. Y, ahora, el propio jefe del Gobierno ha confiado ya a algunos interlocutores de su confianza que el Ejecutivo podría verse obligado a subir dos o tres puntos en el IVA, por sorpresa, sin esperar a 2013, como estaba previsto.
Concretamente, Rajoy se reunió el pasado fin de semana en privado con el presidente de la CEOE, Juan Rosell. Un encuentro que se celebró en el Palacio de la Moncloa y que se desveló ayer en la reunión de la Junta Directiva de la patronal española que, algunos de los asistentes calificaron como "un funeral" ante el sombrío panorama que los dirigentes del empresariado dibujan sobre nuestra economía.
Y fue ese funeral el escenario que Juan Rosellaprovechó para pedir a la cúpula empresarial un apoyo, sin reservas, a las reformas del Gobierno, a pesar de las posición crítica que CEOE ha mantenido con las subidas de impuestos aprobadas, para el IRPF y Sociedades.
Y fue también en ese mismo funeral en el que algunos de los asistentes cuentan que durante su exposición, el presidente de la patronal comentó que, aunque Rajoy no es partidario de subir el IVA, posiblemente se vea obligado a hacerlo, y por sorpresa. Un comentario este que Rosell, a través de un portavoz, afirmaba no haber dicho, a pesar de que la información coincide con algunos rumores que se habían comentado ya en círculos políticos y empresariales en los días previos a la festividad de San Isidro en Madrid y que apuntaban a que Rajoy no podía esperar a 2013 para incrementar el impuesto.
Incluso, los más aventurados hablaban del otoño como fecha aproximada del nuevo rejonazo fiscal, para dejar pasar la temporada de verano y evitar el impacto negativo que la subida pudiera tener sobre el turismo, el único motor que sigue tirando de nuestra economía, sobre todo tras los síntomas de estancamiento que aparecen sobre las exportaciones.
Autónomos y pymes
Sí confirmó el máximo responsable de la CEOE que Mariano Rajoy le había confirmado sus asistencia a la Asamblea Nacional de CEOE, prevista para el 25 de junio, mientras que la respuesta de los dirigentes empresariales al llamamiento de respaldo al Ejecutivo no ha tardado mucho en tomar cuerpo. Así, también ayer, el presidente de Cepyme y vicepresidente de la patronal, Jesús Terciado, aseguraba ayer que CEOE "comparte sin duda la necesidad de reducir el gasto público y comprende el drástico ajuste fiscal de carácter transitorio, ya que el objetivo de austeridad es primordial". Además de ratificar su apoyo a la "agresividad transitoria" de las medidas.
Durante su participación en unas jornadas sobre Presupuestos organizada por PwC y la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), Terciado reconoció que los empresarios tienen dudas sobre la capacidad de España de cumplir los objetivos de consolidación fiscal pactados con Bruselas, aunque no son partidarios de relajarlos porque eso "nos llevaría a una no deseable prolongación del estado de emergencia en el que nos encontramos".
Si criticó, en cambio, la amnistía fiscal que, dijo, "sitúa en condiciones ventajosas a una minoría de empresarios que han competido, cuando menos, de manera desleal".
Críticos también y poco esperanzados se muestran los trabajadores autónomos, colectivo en el que un 75,3% del total denuncia que han visto mejorar su negocio durante el primer trimestre, mientras siete de cada diez se muestran pesimistas respecto a la evolución que le espera para el año en curso y sólo dos de cada diez aseguran que tienen previsto contratar algún trabajador.
Estos son los resultados que arroja el último barómetro realizado desde el Observatorio del Trabajo Autónomo de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) que confirma también que el 58,9% de los afiliados a esta organización aprueban las reformas del Gobierno, frente a un 33,1% que consideran que las medidas que se están tomando "no son adecuadas".
Especialmente grave sigue siendo para los autónomos el problema de la falta de crédito, ya que sólo a uno de cada cuatro de los que solicita financiación se la conceden.
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